Hace algunos años asistí a una conferencia de CBMC donde el orador principal fue el Dr. Tim Elmore, autor, conferencista internacional y presidente y fundador de Growing Leaders, una organización sin fines de lucro que ayuda a los líderes emergentes, con la convicción de que cada persona nace con cualidades de liderazgo. Elmore ofreció nueve principios que considera críticos en el proceso de tutoría, conceptos que todos deberíamos considerar al discipular a hombres y mujeres más jóvenes en la fe. Comenzó con un acrónimo para explicar este proceso, usando la palabra: I-N-F-L-U-E-N-C-E, tomada del inglés, que traduce influencia. Me gustaría compartir con usted cada uno de los 9 puntos que destacó Elmore.
Primero, debemos hacer una inversión Intencional en las vidas de aquellos a quienes Dios puso bajo nuestra tutela. Necesitamos continuamente hacer depósitos en sus vidas, tal como lo hizo el apóstol Pablo con su protegido Timoteo. CBMC ha desarrollado el libro «Operación Timoteo» como una excelente herramienta para fomentar el crecimiento espiritual en otros. En 2 Timoteo 2:2, el apóstol Pablo escribió: «Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros» [RVR].
Debemos ser Naturales y auténticos en nuestro enfoque al reunirnos con las personas que Dios tiene en nuestro camino. No necesitamos impresionarlos con nuestro conocimiento bíblico y logros humanos. La gente más bien necesita sentir nuestra voluntad de ayudarlos a medida que avanzan en su jornada de vida.
Nuestra Fe debe ser evidente y real. No sólo debemos demostrar nuestra fe en Cristo, sino también mostrar fe en aquellos a quienes orientamos. Debemos «esperar lo mejor» de cada persona y confiar en que Dios seguramente sacará lo mejor a medida que invirtamos en aquellos que realmente quieren crecer en Cristo.
Debemos de desarrollar la habilidad de Escuchar para ganar el derecho de hablar con ellos. En cierto sentido, los hombres y mujeres más jóvenes son «estudiantes» que Dios ha colocado en nuestras vidas para que los ayudemos en un viaje lleno «peligros o aflicción», como lo expresa el himno «Sublime Gracia».
Cada persona a la que asesoramos es única y debemos tratar de Comprenderlos y discernir adónde los está llevando su camino. Como Dios nos ha hecho a todos claramente diferentes con experiencias muy distintas, el «ponerlos a todos en un mismo molde» puede que no funcione adecuadamente para ellos.
Necesitarán mucho Aliento para superar los diversos obstáculos que pueden hacer que no se den cuenta de su pleno potencial como seguidores de Jesucristo. Hebreos 10:24-25 nos dice que «Pensemos en maneras de motivarnos unos a otros a realizar actos de amor y buenas acciones… animémonos unos a otros…».
También debemos Navegar a través de los giros y vueltas de su camino, a veces incluso sirviéndoles como brújula para guiarlos en el camino correcto y evitar que se desvíen por influencias inadecuadas.
Es fundamental demostrar una Preocupación constante por su bienestar. Deben ver y experimentar nuestro constante cuidado por su crecimiento en Cristo, estando disponibles ya que lucharán con muchos asuntos, especialmente al principio de su jornada. En 1 Tesalonicenses 2:7-8, el apóstol Pablo escribió: «fuimos como una madre que alimenta y cuida a sus propios hijos.Los amamos tanto que no solo les presentamos la Buena Noticia de Dios, sino que también les abrimos nuestra propia vida» [NTV].
Necesitan ver nuestro Entusiasmo en todo lo que decimos y hacemos. Si no podemos estar entusiasmados con nuestra relación con Cristo, entonces probablemente no estemos preparados adecuadamente para ser mentores de un nuevo discípulo que verdaderamente quiere conocer a Cristo íntimamente. El proceso de discipulado debe ser tomado en serio y con entusiasmo.
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